Media hora más contigo

Ambientada en 1959, “Media hora más contigo” es un producto de la nostalgia que se experimentó durante las décadas de los setenta y ochenta por el ambiente que se vivío en los cincuenta.

Sin embargo, la película es mucho más que eso, pues es también una respuesta al reto que supone la expresión del propio ser de las mujeres lesbianas.

En ella, ocurren muchas más cosas, y representa muy bien cómo eran los años cincuenta en Reno, la pequeña localidad más grande del mundo, y sus alrededores.

Aura Lindley es la matriarca del rancho y ha formado un fuerte vínculo con uno de sus arrendatarios. Es entonces cuando llega una nueva inquilina y tiene que ir a buscarla a la estación del tren. Dicha arrendataria es la desconocida, guapa, elegante y seria profesora Vivian Bell (Helen Shaver), que llega a Reno para firmar un rápido divorcio.

Mientras conducen juntas por el desierto, un coche las adelanta. Es la hijastra no oficial de Frances, Cay Rivvers (Patricia Charbonneau). Ella llama inmediatamente nuestra atención… y la de Vivian.

Cay trabaja en un casino, es 10 años más joven que ella y abiertamente lesbiana, pero cuando conoce a Vivian, afirma:

Creo que he encontrado a alguien que merece la pena.

Después de llevar años encerrada en sí misma, conocer a Cay finalmente obliga a Vivian a afrontar sus emociones más íntimas y a aceptar la atracción que siente por ella.

En los años 50, la gente era muy conservadora y, aunque una persona con un carácter como el de Cay querría vivir su vida de forma pública, Vivian probablemente se sentiría al principio como una leprosa y lo iría pasando cada vez peor a medida que las demandas sociales y la moral dominante hicieran mella en ella.

Sus personalidades son totalmente opuestas. Una disfruta llevando una vida ordenada, mientras que la otra es un espíritu libre, pero, de alguna manera insospechada, encuentran el amor verdadero la una en la otra.

Cómo sucede es algo que tendrás que averiguar viendo la película.

Es una representación cinematográfica del progreso cultural y el cambio de mentalidad que experimentan todos los personajes y, con ellos, la sociedad.

Es una película realmente hermosa. La directora refleja perfectamente la belleza de dos mujeres que encuentran el amor en la década de los cincuenta, en las circunstancias más inesperadas que se puedan pensar.

Asimismo, Natalie Cooper escribió para ella un gran guión que encaja perfectamente.

Todo está perfectamente medido: las elecciones de Deitch como directora, el ambiente tipo country y del oeste, y la banda sonora, en la que aparece la canción “Crazy” de Patsy Cline, una de las canciones más vinculadas al movimiento lésbico de todos los tiempos, siendo la voz fuerte y lleno de anhelo de Cline un complemento perfecto para la el propio discurso sexy e intenso de Shaver.

Media hora más contigo captura perfectamente el ambiente y el aspecto de la zona de Reno en 1959, no sólo en su apariencia, sino también en la esencia de sus personajes.

La música de la época es utilizada de forma magnífica a lo largo de la película. Una de las características más fascinantes del largometraje es el uso del rock y de la música country para crear un mundo en el que sólo existen dos tipos de sentimientos humanos: la plenitud romántica y la soledad sentimental.

Tan importante es la música que hasta el veinte por ciento del presupuesto total de la película fue invertido en comprar derechos musicales, como el de la ya mencionada canción de Patsy Cline “Crazy” y la de Jim Reeves titualda “He’ll Have to Go”.

Media hora más contigo es una película que está plagada de momentos tiernos y románticos.

De hecho, este filme fue uno de las primeros que dedicó varios minutos a mostrar sin tapujos una escena de sexo lésbico, por lo que la mayoría de la gente tiende a centrarse solamente en esa escena, que en realidad en bastante hermosa.

Pero podría haberse eliminado y haberse hecho referencia al acto sexual sólo de pasada, de forma que el ritmo de la película no se hubiese visto tan dañado. En todo caso, la escena de amor entre sus protagonistas es maravillosa.

Puedes sentir el deseo que esas dos mujeres sienten la una por la otra.

“Media hora más contigo”, tiene además una fotografía exquisita de principio a fin. A medida que ves la película, tus emociones siguen las de los personajes principales.

Es un largometraje hecho de una forma brillante, desde las sublimes tomas del cálido cielo del desierto hasta la imagen perfectamente estilizada de la ropa y los muebles típicos de la década de los cincuenta.

Los dos personajes principales están muy bien pensados y son muy completos. Ambas actrices realizan muy buenos trabajos.

Helen Shaver está prácticamente perfecta, pero Patricia Charbonneau, en su primera actuación en una película, está impresionante.

Interpreta a una mujer joven, preciosa, de espíritu libre y muy apasionada llamada Cay. Ilumina la habitación cada vez que entra. Era la medicina perfecta para aliviar el sufrimiento de la reprimida Helen Shaver.

Patricia está realmente sexy en esta película. Su preciosa sonrisa, sus ojos chispeantes, su sensual voz, y cada uno de sus movimientos es realmente atractivo y encantador.

Todos los personajes secundarios son interesantes y perfectamente creíbles. El inteligente e ingenioso guión proporciona un profundo conocimiento de los personajes en una cantidad muy pequeña de tiempo.

Los demás personajes están también muy bien, como Frances Parker, la madrastra de Cay, que añade mucho realismo a la historia. Andra Akers también realiza un papel muy interesante como su amiga. Por su parte, el ahora famoso Jeffrey Tambor también aparece con un pequeño papel.

Es un retrato muy realista de esa época y todos los implicados hicieron un gran trabajo, sin duda alguna.

El humor es sutil, pero satisfactorio. Si te tomas tu tiempo para mirar a todos los personajes secundarios, descubrirás que la película es, en realidad, hilarante. Los personajes están muy bien creados y cada escena es precisa y divertida.

Patricia y Helen tienen muy buena química, lo que hace que la película parezca muy real. Las miradas que intercambian la una con la otra, la forma en la que se miran y, la manera en la que se hablan son muy convincentes y realmente nos hacen pensar que están enamoradas.

El único aspecto que se podría criticar es que el personaje de Cay parece demasiado moderno. Pero es algo muy menor y está muy bien representado.

Su directora Donna Deitch ha realizado un trabajo impresionante. El guión está muy bien escrito. La demostración de las emociones es muy apropiada para la década de los cincuenta, y cada escena destaca por sí misma como si de una viñeta se tratase.

“Media hora más contigo” describe muy bien cómo Helen Shaver intentó lidiar al mismo tiempo con sus propios sentimientos y las expectativas de la sociedad, y los problemas que tanto el mundo como la familia de Cay dieron a la pareja.

Para ver esta película, debes tener una mente abierta, estar libre de prejuicios y hacer juicios de valor. Si lo haces así, quedarás encantada.

Por lo tanto, lo único que te queda por hacer es abrir los ojos, relajarte y disfrutar de la película.