Una Mujer Fantástica

En algún lugar de la ciudad de Santiago de Chile, en un oscuro bar nocturno, Orlando, un atractivo divorciado y propietario de una empresa textil, conoce a Marina y se enamora de esta camarera treintañera que también actúa como cantante en bares de primer nivel.

Y es fácil adivinar por qué un hombre se podía enamorar de una mujer tan fascinante como ella.

Él cae en su embrujo tan pronto como la ve, cantando sensualmente a través de una media sonrisa que no puede evitar, y sus labios rojos combinando perfectamente con la bella flor que luce en su pelo. Queda absolutamente fascinado y ella también corresponde a sus sentimientos.

Pero este equilibrio se desploma cuando Orlando muere de forma repentina después de una fiesta de cumpleaños en la que había prometido a Marina que la llevaría de viaje a ver las Cataratas de Iguazú.

Descubre que, como mujer transgénero, todo lo que hace es puesto en tela de juicio, desde su relación hasta el papel que ha jugado en su muerte, pasando por su derecho a llorar la muerte del hombre al que amaba.

De golpe, todos los aspectos de la vida de Marina son juzgados y criminalizados. Se muestra cómo este suceso luctuoso saca a la luz todos los conformismos y la crueldad de la sociedad actual.

Esta película recibió varias nominaciones y premios a nivel internacional, entre los que se incluyen un Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa en la ceremonia celebrada en 2018.

Es una película muy bien realizada, con un guión muy sólido, unas actuaciones brillantes y cuyo tema central está de rabiosa actualidad.

La seña de identidad de esta película es la poderosa interpretación de la hipnótica actriz transgénero Daniela Vega.

Desde los primeros minutos de la película, el espectador se deja atrapar por su personaje. Puede sentir tanto su dolor como su fuerza y no puede quedarse indiferente ante los acontecimientos que le ocurren.

Está constantemente en pantalla y la cámara siempre parece centrarse en su personaje, dejando ver cómo va más allá de su soledad, superando heroicamente su doloroso drama interno para alzarse por encima de las miles de humillaciones, ataques e indignidades a las que el mundo la somete y que añaden de forma habitual aún más sufrimiento a su tragedia.

Realmente es Una Mujer Fantástica.

Esta es la quinta película de Sebastián Lelio, quien combina un urgente naturalismo con pequeños toques ocasionales de fantasía para impresionar y crear un efecto horriblemente emocional en el espectador.

Además, el director hace un excepcional tratamiento de su personaje central.

Esta historia se centra en Marina como persona, mostrándonos especialmente su humanidad y su decencia.

Esta película es un estudio sublime en el exaltado calvario de la pena, en un mundo que es auténtico y es también tan seductor como cualquier thriller criminal.

“Una Mujer Fantástica” no necesita defender la humanidad de Marina y, durante su relato, evita de forma muy inteligente todos los clichés relacionados con la opresión del colectivo transexual, prefiriendo ceder todo el protagonismo a la magnética y espiritual presencia de Daniela Vega.

Aunque la mayor parte del tiempo que pasamos con Marina transcurre mientras está destrozada por la pena, o la vemos enfrentarse a la crueldad y a las humillaciones a las que otras personas la someten, se puede sentir su esperanza incluso en los peores momentos.

No dejará que nadie se interponga en su camino a la hora de disponer de esos últimos instantes que necesita para despedirse de su amado.

“Una Mujer Fantástica” es una película muy oportuna, importante y con una interpretación política inevitable, pero nunca pierde de vista a Marina, que reclama dignidad y compasión, así como su derecho a ser tratada con la decencia y el respeto que se le debe a cualquier ser humano.

También muestra todo tipo de personajes, desde aquellos que apoyan totalmente sus decisiones vitales, pasando por aquellos que, aunque sienten compasión por la situación en la que se encuentra Marina son incapaces de comprender totalmente su sexualidad, hasta aquellos que la tratan directamente con desprecio.

“Una Mujer Fantástica” pasa constantemente de ser una representación realista de la situación que vive Mariana a un ambiente fantástico dentro de su propia ensoñación, una transición que es filmada a través de toques de auténtica gracia y momentos verdaderamente sublimes.

Toda esta imagen se encuentra unida por una música orquestal, una banda sonora magnífica a cargo de Matthew Herbert, bien conocido por su divertida y experimental música electrónica.

Herbert crea un precioso motivo de flauta que imita el latido de un corazón que es dolorosamente encantador. La cuidada banda sonora también incluye la canción de Aretha Franklin “A Natural Woman” y canciones cantadas por la propia Daniela Vega.

El director Chileno Sebastián Leilo presenta una gran maestría a la hora de meterse en la piel de un personaje femenino que es marginalizada por la sociedad sin que tenga culpa de nada.

Las luchas actuales por la defensa de los derechos de las personas transgénero tanto en América Latina como en Estados Unidos han ayudado a que “Una Mujer Fantástica” se convierta en un manifiesto a través de un largometraje sincero y duro, protagonizado una vez más por una actuación protagonista totalmente estelar.

Esta película proporciona una poderosa visión de los problemas a los que se enfrentan diariamente las personas transexuales y merece la pena verse.

Sebastián Leilo, al que la sociedad debe estar agradecida por arrojar luz sobre este asunto, hace un magnífico trabajo. Esta película es una auténtica delicia y Daniela Vega hace que sientas su dura realidad en cada escena en la que aparece.

Una película como esta es necesaria. Hace falta para abrir la mente de la sociedad, para acabar con la discriminación y el odio.

Esta magnífica película con un mensaje tan poderoso es un recordatorio de que tenemos que seguir luchando para que todas las personas sean consideradas iguales, independientemente de su sexualidad, género o condición.