The Miseducation of Cameron Post

Es una dulce película indie que sigue la tradición de John Hughes y su argumento central es que tanto la homosexualidad como el abuso de sustancias son, desde el punto de vista de la terapeuta interpretada por Jennifer Ehle, pecados que se pueden controlar, por lo que los adolescentes homosexuales son enviados a un campamento cristiano para curarles de ese “defecto adquirido”.

Co-guionizada por Cecilia Frugiuele y su directora Desiree Akhavan, esta película adapta una novela de Emily M. Danforth del mismo título.

“The Miseducation of Cameron Post” es una historia de supervivencia ambientada en un campamento cristiano para curar la homosexual en 1993. En la película, una joven huérfana de Pensilvania es enviada contra su voluntad para curar la homosexualidad cuando la descubren haciendo cosas “poco cristianas” con otra chica.

Al principio de la película, conocemos a Cameron (Chloe Grace Moritz) que es sorprendida mientras mantenía relaciones sexuales con su mejor amiga Coley (Quinn Shephard) y es enviada al campamento llamado “God’s Promise” (la Promesa de Dios) para que cambie su estilo de vida.

A pesar de que la película está ambientada en 1993, no es un largometraje de época, ni tampoco un recuerdo borroso o una reescritura nostálgica del pasado.

Al contrario, es un examen claro del propio pasado de un personaje femenino homosexual, y consigue hacer esa revisión de forma tan magistral que esta película es una justa ganadora del Premio del Jurado del Festival de Sundance en su edición de 2018.

El elemento más sorprendente y gratificante de “The Miseducation de Cameron Post” es simplemente lo directa que es a la hora de encontrar retazos de humor y de dulzura dentro de parámetros familiares para el cine LGBTQ.

“The Miseducation of Cameron Post” no es la horrible historia de tortura y abuso que podrías pensar leyendo tan solo su sinopsis.

Es más, una vez que Akhavan, la directora, ha dejado claros los límites morales, la cinta se convierte en una historia de salvación en la que “todo acaba mejorando”, en la que Akhavan graba cómo los adolescentes forjan una amistad sincera con un trasfondo de esperanza.

Es un relato muy importante para su directora, pues se presenta como una historia semi-autobiográfica que relata su propio proceso de salida del armario.

Ella lo presenta con todo el ingenio y el doble de ternura que ya utilizó en su brillante obra “Appropriate Behaviour”.

Ha creado un profundo, aunque en ocasiones, informe drama centrado en la lucha que se presenta entre el instinto humano y la ideología, repleto de personajes muy bien dibujados que sería interesante ver desarrollarse en pantalla incluso sin sus aprendizajes “antinaturales”.

Esta película prefiere recorrer un camino más estrecho y directo de apenas 90 minutos, en vez de optar por una ruta más larga.

Su impresión general de completa serenidad y la gentileza con la que se presenta pueden hacerla parecer un poco ingenua y dar la impresión de que el desarrollo del personaje ha sido un pelín corto, pero la historia de Cameron Post, afortunadamente, dista mucho de ser simple.

El campamento God’s Promise utiliza la vergüenza para machacar a sus jóvenes asistentes hasta que se vuelven totalmente sumisos, y resulta ser un arma muy efectiva.

“Estoy harta de sentirme asquerosa”, llega a decir uno de los personajes y esta frase resume muy bien la táctica que se utiliza en dicho campamento.

La sensación de esperanza y optimismo de la película de Akhava parece más necesaria que nunca.

También hay que tener en cuenta que, hasta cierto punto, refleja sentimientos con los que todos los adolescentes se pueden sentir identificados.

Existe un tremendo riesgo en intentar hacer una película que apele al mismo tiempo a la gente de la que trata y a la que no tiene una relación directa con el tema que se presenta, pero creo que en este caso se ha conseguido con mucha elegancia.

Cuando termina “The Miseducation of Cameron Post”, no lo lamentamos tanto por la película en sí, sino porque perdemos la oportunidad de conocer más a los personajes.

Las amplias composiciones y las largas y punzantes tomas dejan mucho espacio a sus personajes para sentir las cosas y es magnífica a la hora de revelar lentamente cada uno de los temores y frustraciones de estos jóvenes.

Al mismo tiempo, les permite trabajar en esos problemas de forma privada y teniendo pequeñas revelaciones.

Pero, al final, todos nosotros tenemos que decidir por nosotros mismos lo que está bien y lo que está mal y ellos deben hacer lo mismo.

Si si eres fan de Chloë Grace Moretz, pensarás que ha hecho un trabajo fantástico como Cameron Post. Esta es la mejor interpretación de Moretz hasta la fecha. La sencillez del largometraje enfatiza sus sutiles elecciones y consigue transmitir tristeza sin dar pena. Es un equilibrio difícil, pero ella lo consigue.

Por su parte, Gallagher Jr. y Ehle están soberbios en sus papeles como líderes egocéntricos y huraños. Algo inquietante se esconde en sus rostros que hace que la audiencia se pregunte cuándo va a explotar esa bomba emocional.

Uno de los secundarios más importantes de la película es Owen Campbell, que interpreta a Mark, un carismático chico que se encuentra en el campamento God’s Promise.

Esta es su oportunidad para desplegar sus alas actorales en una de las escenas más poderosas de crecimiento personal del largometraje, crecimiento que es interrumpido por la fuerza precisamente por aquellas personas cuya responsabilidad es ayudar a los jóvenes.

Parece que todo está a favor del chaval, pero es el propio Mark quien revela cuáles son las consecuencias reales que tienen este tipo de lugares para las personas que se ven obligadas a acudir a ellos.

De hecho, estoy segura de que los jóvenes que participan en la película van a experimentar un destacado ascenso en sus carreras gracias a papeles tan honestos y conmovedores como los que interpretan aquí.

Después de todo, al final del día, sigue siendo la historia de una joven que encuentra su identidad, por lo que no tiene problemas a la hora de reflejar los momentos de paz de los que disfruta Cameron.

Incluso los momentos en los que hace el amor están presentados de forma muy tierna y natural, en vez de ser chocantes.

Pero si quieres saber exactamente de lo que estoy hablando, tendrás que ver la película.