Liz en septiembre
¿De qué trata la película Liz en septiembre?
Trata del poder sanador de la amistad entre mujeres, una verdadera atracción mutua y una importante conexión emocional que va más allá de los límites impuestos por la sexualidad.
Argumento de Liz en Septiembre
Liz en Septiembre es una película venezolana escrita y dirigida por Fina Torres, que adapta, actualiza y traslada el drama teatral de la difunta Jane Chambers titulado “Last Summer at Bluefish Cove”.
Su argumento, pese a ser muy simple, pone un gran peso dramático en sus personajes.
Fina Torres elimina una gran cantidad de tramas destacadas que adornaban la obra de teatro de 1980 relacionadas con temas como el matrimonio, los hijos, la carrera y la familia, para centrarse en presentar un drama más directo sobre la salida del armario y el proceso de sanación, de cierre de heridas y de encuentro de la propia identidad.
Liz en Septiembre empieza mostrándonos a Eva (interpretada por la co-protagonista Eloísa Maturen) tumbada en la cama mientras su esposo (interpretado por Martin Brassesco) se está duchando.
Están a punto de irse de vacaciones a la playa pero, como consecuencia de un “problema en el trabajo”, tiene que irse sola y esperar en el hotel a su marido. Mientras está de camino, su coche sufre una avería y se ve obligada a detenerse en una pequeña ciudad para arreglarlo.
Por otro lado, tenemos también a Liz, una supermodelo lesbiana (como lo es la actriz que la interpreta, Patricia Velásquez) que está celebrando su 37º cumpleaños, como lo hace cada septiembre, en el entorno familiar del resort caribeño dirigido por Margot (Elba Escobar), que resulta ser una colonia lesbiana.
Sin embargo, este año es diferente, pues Liz tiene un secreto que lo hará muy especial.
Cuando Eva habla con el mecánico, éste le recomienda que se aloje en el resort de Margot, que se encuentra muy cerca de su establecimiento. Los demás clientes le otorgan una calurosa bienvenida y se convierte en el foco de atención de todo el mundo. Posteriormente, somos testigos de los esfuerzos que realiza Liz para seducirla.
Como se podría esperar, los problemas aguardan a Liz en su intento de seducir a una mujer heterosexual, pero la historia es mucho más que eso.
Liz en septiembre trata de dos mujeres que encuentran el amor y la amistad al mismo tiempo que intentan lidiar con sus tragedias personales.
El poder sanador de la amistad entre mujeres, una verdadera atracción mutua y una importante conexión emocional que va más allá de los límites impuestos por la sexualidad.
Características que pueden representar la última oportunidad que tiene Liz de encontrar el amor verdadero, son los temas centrales que se ocultan en “Liz en Septiembre”.
Críticas y opinión del film
Liz en Septiembre es una película maravillosa. Fina Torres hace un magnífica trabajo, al igual que todo el cast.
Torres tomó la decisión correcta a la hora de situar las consideraciones políticas más destacadas en un segundo plano y dejar que sean los personajes los que tomen el control y el protagonismo de la narración.
El marco en el que se ambienta es tan perfecto (como parecen serlo también los personajes que transitan por él) que los momentos más trágicos de la película resultan difíciles de aceptar.
Es estupendo que Torres concentre la atención del espectador en la historia central de dos mujeres que encuentran consuelo y compañía la una en la otra cuando más lo necesitan.
Al mismo tiempo, también triunfa a la hora de transmitir los aspectos más desgarradores y llenos de anhelo de la obra original.
El hecho de que sea una mujer lesbiana la que intente seducir a una heterosexual no se encuentra entre los principales problemas a los que tienen que hacer frente las protagonistas. Sin embargo, éstos siguen presentes y convierten a la película en una tragicomedia que hará historia.
Esta película tiene todos los componentes que configuran un melodrama barato de sobremesa, pero Torres deja que las cosas se cocinen a fuego lento, de manera que no degenera hasta convertirse en un festival de histerismos y lágrimas.
Además, te encantará el humor que aparece en ella y que la directora ha sido capaz de combinar de forma magistral con la tragedia inherente a la trama que desarrolla.
La fotografía que podemos ver en Liz en Septiembre es preciosa. De hecho, es la mejor que he visto en una película de temática LGBTI desde el largometraje de 1995 titulado “Cuando cae la noche”.
La historia se desarrolla en una de las zonas más lujosas, soleadas y cálidas de Venezuela, lo que proporciona los ingredientes necesarios para crear una película bella y poderosa.
Ciertamente, la directora de fotografía Celiana Cárdenas se aprovecha de este paisaje de postal para bañar el largometraje de azules brillantes, exuberantes verdes y suaves tonos dorados, transmitiendo las emociones que van asociadas a dichos colores en el momento preciso.
Al mismo tiempo, las escenas que suceden bajo en agua son maravillosas y las que tienen lugar bajo techo, deliciosamente íntimas.
Por el argumento, ya sabemos desde el principio que Liz en Septiembre no va a ser la película más optimista del mundo y que va a tener muchos momentos dramáticos. Pero la directora se asegura de no caer en el exceso.
No tiene destacadas escenas de acción ni tórridos encuentros sexuales, al igual que no nos hace soportar momentos extremadamente lacrimógenos. El argumento es predecible, pero esto no le quita encanto.
Dicha predictibilidad es como una luz al final del túnel que nos sirve de guía y consuelo. Es cálida, constante y marca el inicio de algo nuevo.
Todos los personajes son ganadores. Como espectador, puedes sentir la enorme cantidad de dedicación y reflexión que se han invertido a la hora de crearlos. Todos los actores hacen un buen trabajo y consiguen el mejor resultado posible en las escenas que tienen.
Los personajes presentan una gran riqueza y son muy complejos, algo que se nos dejan ver a través de técnicas del tipo “no digas lo que puedes mostrar”, lo que es muy meritorio.
En su papel de Liz, Patricia Velásquez es muy realista y no cae en el dramatismo. De hecho, transmite una imagen sutil y casi divertida.
Causa una profunda impresión con este papel, que implica varios cambios de ritmo y donde interpreta a una mujer tan preocupada por su independencia que se ha negado a sí misma el placer de disfrutar de cualquier tipo de intimidad emocional, incluso cuando está mirando a la muerte a los ojos. Pero no todo son desgracias.
El resto de los actores de “Liz en Septiembre” cumplen en papeles más limitados, aunque Maturen, que tiene una importante formación en el ámbito del ballet, transmite más una imagen de elegancia que profundidad psicológica en un personaje clave para la trama, aunque es bien cierto que este es su debut en la gran pantalla.
Además de la competente actuación de Patricia Velasquez y Maturen, los actores secundarios también realizan buenas interpretaciones.
Torres y García transmiten una sensación de jovialidad a la historia que es muy bienvenida y el tono general de sencilla camaradería es innegable.
Torres ha probado de nuevo que no siempre se tiene que intentar reinventar una cosa para que funcione. Asimismo, Torres demuestra el mismo toque de sutil sensualidad que descubrimos por primera vez en su debut, en el año 1985.
Sin embargo, no podemos negar que la historia acaba siendo demasiado melodramática como para ser tomada muy en serio.
Si no estuviera en manos de una directora con experiencia, habría caído en lo grotesco pero, pese a contar con una persona muy habilidosa a los mandos, “Liz en Septiembre” no es capaz de superar del todo una trama tan intensa.
Liz en Septiembre alcanza sus mejores momentos cuando todo el mundo está sentado a la mesa, riéndose, haciendo bromas y divirtiéndose.
Los elementos técnicos y de diseño se adaptan perfectamente y reflejan con todo detalle hasta el último rincón de la decoración del pequeño resort en el que a la mayoría de los espectadores nos encantaría pasar un par de noches.
Esta es también una película que demanda toda tu atención. Hay detalles muy sutiles que acaban siendo importantes más adelante y que te puedes perder si estás distraída.
Liz en Septiembre es una historia de amor y romance. Aunque tiene momentos ligeros y toques de humor, esas escenas están salpicadas con temas muy serios que no te puedes perder.
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