El verano de Sangaile

Sangaile es la joven protagonista de la película. Al inicio, es a ella a quien primero conocemos y con quien nos insertaremos a partir de su universo interior.

El verano de Sangaile nos sitúa en la estación que también le da nombre al film. Sangaile, a sus 17 años, está pasando su receso vacacional en la casa del lago que tiene sus padres. La relación con ellos es casi nula, por lo que Sangaile es una joven que aparenta ser muy solitaria.

Sangaile es bastante tímida y para nada atrevida en su vida. Sin embargo, una de sus mayores aficiones es observar espectáculos aéreos. Es allí donde conoce a Austé, una azafata que forma parte de los shows aeronáuticos y, además, también es moza y modista.

Austé significará para Sangaile el descubrimiento a un mundo completamente desconocido y con posibilidades de ser quién es.

Al principio, Sangaile reniega de la presencia de Austé y huye de ella. No obstante, de a poco se irá acercando a la que no únicamente se convertirá en su nueva amiga, sino también en su interés amoroso.

Las dos chicas vivirán intensas aventuras que serán para Sangaile la entrada a que una vida diferente es posible.

El verano de Sangaile es un filme que tiene como gran tópico a la adolescencia y, a partir de allí, configura sus diversos disparadores que giran en torno a la protagonista.

Por un lado, tenemos las problemáticas como la relación con los padres, la amistad, el amor y el sexo. Y, por el otro, El verano de Sangaile se atreve a indagar sobre otras esferas posibles para así darle dimensión a sus personajes.

La película, desde su inicio, nos da cuenta de la dimensión poética que guiará toda la narración. Nombramos ya la importancia de los espectáculos aéreos para Sangaile, pero, además, ella tiene vértigo. Es decir, se encuentra, en alguna medida, imposibilitada de cumplir su sueño de volar.

La película podría ser, desde su formato, una especie de poema visual donde las distintas vicisitudes de una vida adolescente entran en juego.

La tranquilidad propiciada por los espacios que aparecen en el filme inunda por completo al relato. Los espectáculos aeronáuticos, una casa en el lago, fogatas entre amigos y el silencio de la noche. Por medio del uso de estos sitios, la película adquiere significados dobles: la serenidad y, al mismo tiempo, la ferocidad adolescente.

La relación entre Sangaile y Austé es más que peculiar. Si bien las circunstancias en las que se conocen pueden resultar no tan orgánicas, el desarrollo de su relación sí logra complejidad y se permite su desarrollo a lo largo de la película.

¿Qué significan la una para la otra? Austé, como referimos, es una joven que se divide entre sus muchos trabajos y su pasión por la moda y el vestuario. Es aventurera y muy atrevida. Sangaile es mucho más tímida, aunque pasional.

Pero estas no son en absoluto determinaciones para sus personalidades. Por el contrario, la película nos habilita a realizar un análisis donde el desarrollo y las mutaciones de las dos jóvenes tienen su propio peso. Es decir, no estamos tratando con personajes estereotipados que se mantienen igual, sino que, las diversas situaciones por las que transcurren, incitan a que cambien constantemente.

En cuanto a la construcción de personajes, quien más se destaca es Sangaile. Como protagonista de la película, es ella quien siempre está sosteniendo el enfoque de la historia. Su postura corporal, sus muecas faciales y sus gestos, inclusive más que sus palabras, le otorgan gran riqueza a la profundidad del personaje.

El verano de Sangaile se concentra en lo que le interesa narrar. No conocemos en profundidad a la familia de Sangaile, aunque sí su casa del lago porque es allí donde pasa gran parte de su tiempo. Y eso se debe a que esa no es la problemática central que le interesa abarcar al filme.

El verano de Sangaile es definitivamente una película para no perderse. Te inundará su calma y, a su vez, logrará plantear disparadores en toda aquellas que la vea.