Adios a la reina

Adiós a la reina es una película francesa dirigida por Benoît Jacquot, y está basada en la novela del mismo nombre de Chantal Thomas.

Tuvo la oportunidad de ser la película que abrió el 62º Festival Internacional de Cine de Berlín en febrero de 2012. Adiós a la reina se estrenó en los cines de Francia en marzo y en los estadounidenses en julio de 2012.

Los vientos de la revolución francesa están soplando la Bastilla, ha sido tomada y los nobles empiezan a huir dejando atrás el palacio, pero Sidonie Laborde, una joven mujer lectora de la Corte, decide quedarse incondicionalmente al lado de su amada reina María Antonieta.

La bella sirviente se dedica a su reina con signos de sentir hacia esta un amor incondicional, sin saber que estos serán sus últimos tres días junto a ella.

Cuando piensas en el Palacio de Versalles, la primera imagen que se viene a la mente son lujosos salones con tonos pasteles y dorados en los que cuelgan hermosos y románticos cuadros, sin embargo, sus paredes guardan la amarga historia de la caída de la monarquía francesa.

Adiós a la Reina es una vibrante visión ficticia del drama que se vivió en el hermoso Versalles antes de la caída de la monarquía francesa, los días 14, 15 y 16 de julio de 1789.

La historia en esta ocasión es contada desde la mirada de Sidonie Laborde, una chica reservada que forma parte del cortejo exclusivo de la reina y que tiene como tarea el leer para María Antonieta todo lo que esta le pide.

Cuando es tomada la Bastilla, los nobles, los soldados y los sirvientes que se encuentran en Versalles empiezan a huir, excepto Sidonie quien decide quedarse junto a su reina, por la que ha desarrollado una gran devoción y admiración.

El director de Adiós a la Reina explicó en una entrevista que su objetivo es hacer que quien la vea sea capaz de sentir al mismo tiempo lo que ella experimenta con cada suceso, y cabe destacar que lo logró muy bien.

A través de los ojos de Sidonie, ves como el palacio se desmorona desde su interior debido a los golpes de la revolución. El miedo y caos se van apoderando de Versalles desde sus rincones hasta llegar a sus habitantes tanto nobles como cortesanos y sirvientes.

Una de las escenas más representativas de esta película es aquella donde, Sidonie pasea en una barca en uno de los lagos del palacio y sin darse cuenta con su mano roza una rata muerta que flota en el agua, como un augurio de lo que pronto ha de vivir la familia real.

El rey se deja ver ensimismado y alejado de su esposa, quien en cambio se comporta frívolamente como si nada sucediera en las afueras del palacio, se mantiene ocupada en asuntos más bien superficiales con su atención enfocada en complacer sus caprichos, incluyendo los carnales.

El primero el enamoramiento infantil que siente Sidonie por María Antonieta y el segundo, caprichoso y carnal que hay entre la reina y la duquesa de Polignac.

Hay que destacar que la sensualidad de los romances es discreta, y la percibes en los pequeños detalles, en los diálogos en las escenas, en gestos y las miradas, como las cariñosas de Sidone hacia María Antonieta o las de Gabrielle hacia la reina, enigmáticas y llenas de complicidad.

La frívola María Antonieta es consciente del amor devoto de Sidonie, por lo que la usa a su antojo de la forma más cruel. La ingenua cortesana, temerosa a la idea de perder a su reina, soporta el egoísmo y los caprichos de su amada hasta el final.

Esta película Adiós a la Reina sobresale precisamente por su belleza estética, muy bien situada en la época. La puesta en escena te muestra los suntuosos decorados de Versalles en su mejor esplendor y te sumerge en el pasado de una forma extraordinaria.

Adiós a la Reina con sus aires de revolución y sus romances cruzados tiene un sabor único e inesperado que le da al espectador una visión más íntima de lo que tal vez ocurrió en las últimas horas con la monarquía francesa en el Palacio de Versalles.