Relatos en primera persona: Ser lesbiana en Honduras
¿Cómo es ser lesbiana en un país como Honduras? Te comparto historias de mujeres lesbianas que luchan y siguen luchando para lograr un mundo mejor.
¿Cómo es ser lesbiana en un país como Honduras? Te comparto historias de mujeres lesbianas que luchan y siguen luchando para lograr un mundo mejor.
Honduras es un país en el que la homosexualidad es legal desde 1899. Pero estas no son tan buenas noticias.
Existe una inmensa cantidad derechos negados a la comunidad LGBTIQ+. Algunos de los más importantes son:
- Matrimonio
- Acceso a la adopción
- Identidad de género
Sumado a lo anterior, a pesar de que existe protección legal contra la discriminación, muchas veces las autoridades hacen caso omiso a estas situaciones.
En Honduras, las personas LGBTIQ+ tampoco tienen permitido donar sangre ni inscribirse al servicio militar.
¿Cómo salir del clóset en Honduras?
El método se repite en la mayoría de los casos.
Para las lesbianas de Honduras, los espacios LGBTIQ+ se convierten en el sitio ideal para comenzar a revelar la identidad sexual.
Sara Tomé: “Siempre tuve miedo de asumirme como lesbiana”
Sara Tomé es una de las protagonistas de los relatos que he recolectado. Ella es abogada y se desempeña principalmente en casos de la zona urbana.
Para su salida del clóset, hizo lo que venía haciendo casi toda su vida: organizarse en grupos de apoyo y soporte.
Desde muy pequeña, Sara Tomé supo organizarse en colectivos ya que su experiencia con el huracán Mitch obligó a ella y a su familia a unirse a grupos de apoyo.
Por tales motivos, su salida del clóset tuvo lugar en un espacio seguro y de contención:
Pude asumirme como lesbiana en el grupo LGBTIQ+ del que formaba parte. Poder encontrarme junto a otras personas que estuvieran atravesando mi mismo sentir fue una parte muy importante de mi proceso personal, a fin de colectivizarlo.
Kimberly Mora: “Cuando me asumí como lesbiana, encontré más mujeres como yo”
Kimberly Mora es originaria de Costa Rica. En la actualidad, está instalada en Honduras.
En mi caso, cuando me asumí como lesbiana logré realmente habitar “la lesbiandad. Esto me permitió conectarme con otras mujeres lesbianas y crear redes de apoyo y afecto. Poder decir en voz alta que era lesbiana, hizo que conociera amistades que hoy forman parte de mi vida.
Kimberly milita en la organización Cattrachas, una red de lesbianas feministas.
Jennifer: “Mi familia fue mi pilar de apoyo”
Jennifer es una activista hondureña negra y bisexual. Esto, sin dudas, ha presentado grandes retos en su vida.
Milita en la Organización Fraternal Negra Hondureña y sabe que no está sola en esta lucha.
Cuando dije que era bisexual, a mi familia le costó entender, pero eso no fue motivo para que me quitaran su apoyo. Me hicieron las preguntas que ellos necesitaban y así pudieron entenderme a mí y las demás como yo.
Josselyn Morales: “Salir del clóset en mi organización fue lo más difícil”
Josselyn Morales es hija de la líder campesina Maudalena Morales. Es decir, tiene un gran peso sobre los hombros que la obliga a mantener el legado de su madre.
Pero más allá de tener que enfrentarse al qué dirán de su familia, el reto más grande ha tenido que ver con la organización campesina:
Salir del clóset en la organización que milito sigue siendo un desafío todos los días. Es muy difícil lograr la aceptación en un espacio del movimiento campesino. Sin embargo, sé que es algo que debo hacer para alcanzar mi propia liberación.
Lili Rebecca Girón: “Asumirme como lesbiana hizo que encontrara a mi gente”
Lili Rebecca Girón tuvo una experiencia similar a la de Kimberly Mora: salir del armario le ha permitido relacionarse con otras mujeres lesbianas.
Actualmente milito en la Colectiva Feminista Maudalenas. Allí realizamos representaciones teatrales de mujeres oprimidas. No habría podido encontrar este espacio si no fuera por mi salida del clóset. Cuando tomas esa decisión (y más allá que tu familia te apoye), necesitas crear nuevos lazos que sigan reafirmando tu liberación. Así ha sido en mi caso.
Lidiando con la discriminación a lesbianas hondureñas
La discriminación, lamentablemente, es moneda corriente en Honduras. Las leyes casi no amparan y aún quedan muchos derechos por conquistar.
¿Cómo lidian con la discriminación estas lesbianas hondureñas?.
Para Sara Tomé, la discriminación es lo que más le duele
Salir del clóset frente a tus amiguos y familiares ya representa todo un desafío. Sin embargo, aún queda el de todos los días, el diario.
La discriminación es algo que parece no terminará nunca. No quiero ser pesimista, pero siento que cada vez que salgo a la calle las personas se burlan o se ríen. Esto puede llegar hasta circunstancias peligrosas: una vez dos hombres me siguieron.
El uso de la violencia machista contra las lesbianas no es algo nuevo. Los varones quieren hacer ver su poder frente a mujeres lesbianas.
Kimberly Mora: “Los hombres me acosan constantemente”
Tanto en ámbitos laborales como en la vía pública, Kimberly siente que las leyes nunca están del lado de las lesbianas y bisexuales.
Cuando en un empleo me preguntan sobre si tengo novio y yo digo que tengo novia, inmediatamente puedo ver en sus caras que no me contratarán.
Pero el acoso se manifiesta específicamente en las calles de Honduras.
Cuando Kimberly sale de la mano de su novia, los comentarios de los varones no se hacen esperar:
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Me han dicho cosas como que soy un desperdicio, que soy muy linda para ser lesbiana y muchísimas otras.
Para Kimberly, vencer a la heteronorma es un trabajo diario. Y por ello, debemos estar unidas.
Jennifer: “No existe la poción mágica para acabar con la homofobia”
A Jennifer la han discriminado en su propia organización.
Las personas en mi organización creen que no le puedo otorgar el mismo peso a ser negra que a ser bisexual. No entienden que mi identidad se compone justamente de esos dos factores.
Jennifer reconoce que la lucha contra la homofobia no acabará de la noche a la mañana. Por eso es necesario organizarse y desafiar a la heteronorma.
Las mujeres lesbianas en Honduras tienen aún muchos derechos por alcanzar. Sin embargo, la unión y la organización lograrán, en un futuro, erradicar por completo las actitudes homofóbicas en la sociedad.