La poeta lesbiana Naomi Replansky nos da una lección para sobrevivir a todas las catástrofes de la humanidad
Repasamos la vida de esta poeta de 101 años y su pareja, para aprender lecciones sobre el sentido de la vida y cómo afrontar las crisis.
Naomi Replansky, a sus 101 años, ha atravesado más de una desgracia: gripe española, la gran depresión, fascismo, nazismo y discriminación por su orientación sexual.
¿Qué puede significar, entonces, la pandemia del COVID-19 en la vida de esta poeta estadounidense?
No demasiado. El confinamiento ha tomado formas mucho más temerosas tanto para ella como para su pareja mujer, Eva Kollish, de 95 años.
En una reciente entrevista que le ha realizado The New York Times, Naomi Replansky ha manifestado:
El encierro no me molesta. Mi cuerpo tembloroso puede soportar mucho más confinamiento.
Es que cuando las has vivido todas, pero todas, quedarte en tu casa para no contagiarte un virus no se asemeja a nada terrorífico.
Una poeta lesbiana nacida en pleno siglo XX
Nacida el 23 de mayo de 1918 en Bronx, Naomi Replansky, desde muy corta edad, tuvo que atravesar numerosos infortunios que bien podrían haber acabado con su vida.
Justo el año de su nacimiento, el mundo se estaba viendo azotado por la mal llamada gripe española (iniciada originalmente en Estados Unidos y Francia) y por la Primera Guerra Mundial a la que todavía le quedaban seis meses previo a su fin.
La gripe española fue una pandemia que atacaba principalmente a los niños menores de 5 años. Afortunadamente, Naomi y su capacidad de resistencia lograron hacerle frente a la enfermedad.
Todavía sin saberlo, Naomi estaba forjando un carácter que luego lo iba a expresar en sus versos combativos frente a una sociedad que la rechazaba.
Tanto por su pertenencia a la comunidad judía, como por su identidad sexual, Naomi Replansky encontró en la poesía un medio de expresión.
En los años 40, se unió al Partido Comunista, al tiempo que vivía una verdadera persecución nazi.
Esta experiencia militante (que, por cierto, nunca abandonó) la hizo mucho más sensible a la lucha por los derechos humanos, un tópico muy común en sus poemas.
Judías, lesbianas y apasionadas por la literatura: La historia de amor entre Naomi Replansky y Eva Kollish
Los destinos de Naomi y Eva estaban unidos incluso antes de que ellas lo supieran.
Ambas provienen de familias judías que se han visto continuamente ultrajadas a lo largo de la historia. Ambas han tenido que atravesar experiencias traumáticas al momento de salir del armario.
Ambas desarrollaron un interés por la literatura, pero tuvieron que luchar para lograr el éxito. Sin embargo, sus caminos lograron encontrarse para no separarse jamás.
Eva Kollish es escritora, profesora de literatura y también periodista. Pero su recorrido no ha sido corto.
A los 13 años, debió escapar de Austria debido a la persecución nazi. De allí, se refugió en el Reino Unido para, finalmente, emigrar a Estados Unidos y lograr reunirse con sus padres.
La reinvención de su vida fue en Norteamérica, pero no fácil. Todavía iba a tener que luchar por su pasión y por su identidad sexual.
Antes de convertirse en una escritora, tuvo que trabajar en una fábrica de automóviles. Fue también allí donde realizaba reuniones secretas con un grupo sindical trotskista.
Mientras Eva pasaba sus días en la fábrica, Naomi era una oficinista soñando con publicar su libro de poemas.
Pero tuvieron que llegar los años 80 para que sus caminos se cruzaran. Naomi ya era una reconocida escritora y Eva había estado casada con dos hombres y era madre de un niño.
La pasión por la literatura unió sus vidas
Fue en una lectura de poesía donde se vieron por primera vez. Grace Paley, una reconocida literata, las presentó y desde ese preciso instante supieron que no había vuelta atrás.
Nunca más se separaron y ya llevan alrededor de 30 años juntas.
Con vidas ya maduras, Naomi y Eva disfrutaron de su romance dando grandes paseos por la ciudad, almorzando afuera y visitando centros de meditación.
Sobrevivir a lo peor y seguir en pie
Hoy, las acompaña la paz y la tranquilidad de saber que el COVID-19 no representa demasiado en comparación de todo lo que han vivido.
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Holocausto, enfermedades, crisis económicas, homofobia y la lista puede continuar. Por todo ello han tenido que atravesar tanto Naomi Replansky como Eva Kollish.
Por eso, saben que esta pandemia que está azotando al mundo no significa el fin de nada.
Saben que el mundo logrará recuperarse como también lo han hecho ellas mismas luego de todas las catástrofes que han tenido que atravesar.
Otras escritoras lesbianas que tienes que conocer
En esta cuarentena, ¿qué mejor que leer a escritoras lesbianas que logren interpelarnos? Aquí, algunas recomendaciones.
Safo
Fue una poetisa griega. No existen demasiados versos escritos por ella o, al menos, no la cantidad que nos gustaría. Ella fue la primera poeta lesbiana de la que se tiene prueba.
Sus versos recorren principalmente la temática amorosa entre mujeres.
Safo vivió toda su vida en Lesbos. De allí, la etimología de la palabra lesbiana.
Virgina Woolf
Un poco más cerca de nuestros tiempos, esta escritora británica logró cautivarnos a todas con su romance con la también escritora Vita Sackville-West. Fue a ella a quien le dedicó Orlando (1928), su sexta novela.
Orlando pone en jaque el binarismo femenino-masculino dando lugar a una protagonista capaz de romper esas barreras.
Gloria Fuentes
Fue una poeta madrileña perteneciente a la Generación del 50. Realizó colaboraciones en programas de televisión infantiles, pero también tiene una extensa obra poética.
Sus escritos son principalmente autobiográficos. Recurren a tópicos como la igualdad de género, la paz, la soledad y sus relaciones sentimentales.
“Me nombraron patrona de los amores prohibidos” es uno de los versos que le dedica a su gran amor: la estadounidense Phyllis Turnbull.
Escritoras lesbianas contemporáneas
Si buscas literatura lésbica más actual, te recomiendo que eches un vistazo a nuestra sección de libros para lesbianas, que mejor manera de pasar la cuarentena que una buena historia que nos haga viajar a otras realidades.