Familias LGTB reclaman por el derecho a la libre circulación en la Unión Europea
Las familias LGTB tienen problemas para ejercer el derecho de libre circulación dentro de la Union Europea.
La Unión Europea nació con el fin de garantizar a los ciudadanos de los países miembros ciertos derechos. Uno de ellos es el derecho a la libre circulación.
¿Se cumple siempre esto? ¿Qué sucede con las familias LGTB que no se adaptan a los modelos de familia aprobados por otros países? ¿Hay discriminación en la Unión Europeas para familias con dos madres?.
Siento decirte que sí, hay discriminación.
Las condiciones de libre circulación no se cumplen para todos en la Unión Europea. Por eso las asociaciones LGTB han levantado de nuevo la voz de alarma.
Las leyes deberían ser iguales para todos.
¿Qué dice la ley? ¿Donde se contempla este derecho?
Aquí tienes el artículo donde está contemplada la libre circulación de personas entre países miembros de la Unión Europea.
Artículo 45 – Libertad de circulación y de residencia Todo ciudadano de la Unión tiene derecho a circular y residir libremente en el territorio de los Estados miembros.
¿Y cómo se traduce esto a niveles prácticos? ¿Puedes irte de tu país a cualquier miembros a buscar trabajo? ¿Puedes llevarte a tus hijos?.
Significa que los ciudadanos de los países miembros pueden:
- Puedes buscar empleo en otro país de la UE.
- Trabajar en él sin necesidad de permiso de trabajo. Ni visados.
- Residir en él por motivos laborales.
- Quedarte en él aunque hayas dejado de trabajar.
- También puedes viajar al país de vacaciones o turismo sin necesidad de permiso. Y sin pasaporte. Tu documento nacional de identidad es aceptado como identificación.
- Recibir el mismo trato que los ciudadanos de ese país en lo que respecta al acceso al empleo, las condiciones de trabajo y las ventajas sociales y fiscales.
Las familias de las personas que se desplazan tienen derecho a residir en el país en las mismas condiciones que los ciudadanos nacionales. Incluidos los niños que deberían tener acceso al sistema de educación.
Y a los mismos derechos que los niños nacionales.
¿Dónde está el problema entonces?
Voy a ponerte un ejemplo práctico para que lo entiendas. Has conocido a la mujer de tu vida y la cosa funcionaba bien, así que decidisteis tener hijos.
Las posibilidades son varias, seguramente acudís a un banco de semen o preferís optar por la adopción. Sea nacido, o adoptado, finalmente vuestro hijo llega.
Que bonito vivir en España, donde la ley te permite tener una familia. Donde los niños pueden llevar los apellidos de sus madres sin más.
Y en el registro civil consta que tienen dos madres. Dos mujeres maravillosas que lo verán crecer y llegar hasta donde quiera llegar.
Llega la crisis y el tema laboral se complica. Toca inmigrar. Ya sabes que siendo una familia LGTB hay que tratar de encontrar países LGTB friendly. No debe ser tan difícil, piensas.
Entonces la Unión Europea salta a tu mente. Con todos los discursos de igualdad que has escuchado miles de veces en televisión.
Crees que todos los ciudadanos de la UE recibirán un trato igual en cualquiera de los países miembros. Eliges Grecia. Coges tus maletas, a tu mujer y a tus hijos y emigras. Vamos a la cuna de la democracia.
¿Qué puede fallar allí?.
Menores sin derechos en la Unión Europea
Te instalas y llega el momento de buscar un colegio para tus pequeños. Que bien, nos pilla cerca de casa, piensas. Menos madrugar.
Cuando vas a formalizar la matrícula te piden un certificado de nacimiento traducido. Lo entregas a Don Constantino, el director del que parece va a ser el nuevo colegio de tus hijos.
El hombre no dice nada, pero no levanta la vista del documento y cuando lo hace es para corroborar que tu y tu pareja sois dos mujeres. Entonces empieza un diálogo, un poco absurdo.
-Debe de haber un error – dice – no encuentro el nombre del padre.
-Ah si, es que no hay padre. Martita tiene dos mamás.
-Pero entonces no puedo rellenar la solicitud de matricula. Necesito saber quien es el padre y su documentación.
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-No hay padre – vuelves a repetir, intentando no perder la calma.
Y te das cuenta de que el formulario para solicitar plaza, no contempla la posibilidad de que tu hija tenga dos madres y no haya padres en la ecuación.
-¿Quién es la madre? – pregunta el buen hombre.
Te empiezas a mosquear, sientes la sangre subiéndote por la cara mientras respondes.
-Las dos.
-Necesito saber quien es la madre biológica para registrar a la niña como hija de madre soltera – responde sin saber donde meterse.
Y aunque intentas ser amable, no puedes evitar sonar frustrada cuando le vuelves a explicar que Marta tiene dos madres, otra vez. Qué poco importa legalmente quién es la madre biológica.
Que su ignorancia resulta ofensiva.
El hombre recoge los papeles y te da cita para otro día, mientras tu hija te pregunta entre nerviosa y contenta que es lo que pasa. No se lo explicas, claro que no. Pero tú sabes muy bien que ha sucedido.
Algunas partes del mundo no están listas para los colores del arcoíris.
Como en Grecia no está legalizada la adopción o la paternidad para la comunidad LGTB, los niños de madres lesbianas, tienen que ser registrados en los colegios como niños de madres solteras.
También sucede lo mismo a la hora de pedir el número de la seguridad social o en el caso de que tengan que constar sus datos en cualquier formulario oficial.
Esto pasa en todos los países miembros donde las familias LGTB aún no son legales.
¿Donde está el derecho a la libre circulación entonces?.
Asociaciones de familias LGTB reclaman este derecho para sus hijos
Este tipo de denuncias han aumentado en los últimos años haciendo entender un problema que hasta ahora nadie había contemplado.
Así que la Federación FLG y la Asociación de Familias LGTBI inició el pasado lunes 20 de Julio una petición al Parlamento Europeo para que se garantice y proteja los derechos de nuestras familias.
Muchas Familias LGTBI siguen teniendo que enfrentarse a dificultades y un trato desigual, porque muchos estados de la UE no reconocen las familias que se han establecido legalmente en otros países europeos.
Los hijos de parejas del mismo sexo son víctimas de los vacíos legales y se encuentran privados de beneficios y protecciones legales, con lo que, a menudo, no pueden obtener la nacionalidad de uno o ambos progenitores y pierden legalmente uno de sus madres o padres, o incluso quedan apátridas.
Katy Pallàs, presidenta de la FLG
Sin un certificado de nacimiento válido o sin posibilidad de declarar un padre algunos niños no pueden ejercer su derecho a disfrutar por ejemplo de la nacionalidad que por filiación les pertenece.
Otras familias, se ven privadas de ayudas sociales o sin discriminadas por el mismo motivo.
El derecho a la libre circulación dentro de la UE es fundamental para que la UE siga teniendo sentido y funcione bien. Las familias LGBTIQ no pueden ejercer este derecho.
Por ese motivo la Red Europea de Asociaciones de Familias LGBTIQ (NELFA) ha hecho un llamamiento a todas las familias de nuestra comunidad para que no den por perdido este derecho y lo exijan.
La FLG ha creado una web para que podamos compartir las historias, donde también puedes firmar la petición. Ellos la harán llegar a la Comisión de peticiones del Parlamento Europeo.
Así que vamos todas a contar nuestra parte. Anima a tus amigas con hijos a participar en este proyecto y entre todas escribamos un capítulo nuevo en la historia.