El estremecedor relato de una mujer lesbiana durante la guerra en Colombia
Claudia Patricia es una mujer lesbiana víctima del sistema militar en Colombia. Conoce su historia aquí.
Sabemos que la relación entre el servicio militar y las disidencias sexuales nunca ha sido la mejor. Pero la historia de Claudia Patricia supera nuestras propias creencias y nos demuestra lo más aberrante de dicha área.
Claudia Patricia ha compartido su estremecedora historia durante el conflicto armado en Colombia con la Comisión de la Verdad para logra esclarecer su situación.
Sin dudas, es un relato que merece ser conocido y que nos debe hacer reflexionar sobre los muchos problemas que tenemos que padecer las mujeres lesbianas.
La Comisión de la Verdad es una organización oficial no judicial que tiene el propósito de esclarecer hechos vinculados a la violación de los derechos humanos.
Te invito a conocer su historia.
“El Manco”, el hombre que se obsesionó con Claudia
La discriminación por simplemente ser quienes somos nos acecha día a día. Muchas situaciones cotidianas de nuestra vida, que deberían ser comunes y corrientes, se ven teñidas por el prejuicio de las personas homofóbicas.
Este ha sido el caso de Claudia Patricia quien relata haber sufrido en primera persona la violencia de quienes no “aceptaban” su orientación sexual. Hoy, a sus 38 años, decide contar su historia, esperando que el crimen no quede impune.
Claudia Patricia ha denunciado ser víctima de violación por parte de un paramilitar en el conflicto armado en Colombia. Además, confiesa haber tenido un hijo producto de la violación.
Según el testimonio de Claudia Patricia, ella fue una de las víctimas de los grupos armados establecidos en Clemencia, municipio perteneciente al departamento de Bolívar. Estos hechos tuvieron lugar entre el año 2006 y 2010. En ese tiempo, Claudia residía en esa zona.
Una de las personas que lideraba el conflicto fue la que se obsesionó con Claudia y comenzó a amenazarla.
Los paramilitares o comúnmente llamados “paracos” en Colombia tenía jefes en las zonas en las actuaban. A estos se los llamaba “pelo de burra”. Estos hombres comandaban muchos de los distritos pertenecientes a Clemencia. Fue uno de ellos, “El Manco”, el que amenazó con matar a toda mi familia si yo no lo obedecía en todo.
Claudia cuenta que cada vez que este hombre llegaba a su casa hacía demostraciones de su poder sobre ella (ya sea mostrándole un arma o un machete) y la obligaba a obedecerlo.
Muchas veces estas “cosas” incluían actividades ilegales tales como robar motos y animales. Inclusive, según su relato una de las peores cosas que tuvo que realizar fue desmembrar a personas para introducirlas más fácilmente en sacos.
“El Manco” me decía que yo era su mujer. A pesar de que yo le decía que no me gustaban los hombres y que era lesbiana, él seguía insistiendo en que yo le pertenecía. Decirle sobre mi preferencia sexual pareció empeorar las cosas ya que él estaba dispuesto a hacer lo que sea para que yo dejara de vincularme con mujeres.
Comenzó a pagarle a mujeres para que se acostaran conmigo como una especie de favor hacía mí. Por supuesto, yo luego debía retornarle su atención acostándome con él.
El día del ataque
Claudia cuenta como debía cumplir con todo lo que “El Manco” le decía que debía hacer. Sin embargo, ella nunca creyó que la situación se descontrolara como luego sucedió.
Me forzaba a ir con él a todos los sitios. Era un adepto a la cerveza y consumía esta bebida todo el tiempo, además de que me obligaba a mí a tomarla también, todo esto a punta de pistola.
Pero una de esas noches el relato habla de que no solo la obligó a beberse toda la cerveza, sino que también la situación llegó más allá.
Una vez me mareé completamente luego de que me obligara a beber la cerveza. Seguramente me debo haber desmayado, porque al día siguiente me desperté amarrada a un catre, de pies y manos. No tenía ropa encima y sabía que todo andaba mal. A mi costado, vi un suero intravenoso que contenía alguna droga.
Al rato, entraron unos hombres que me vigilaban cuando “El Manco” no estaba. Me inyectaron la droga y de ahí no supe más hasta que me desperté desnuda y mareada. Los hombres a mi alrededor estaban dormidos. Entonces, con todas las fuerzas que no tenía, me levanté y corrí desnuda hacia una moto para emprender mi huida.
Claudia cuenta que inmediatamente supo lo que le había pasado. En su opinión la habían violado solo por ser lesbiana. Ella se lo había escuchado de su propia boca.
Luego de efectuar su escape y alojarse por un tiempo, escondida, en la casa de una señora que la ayudó, Claudia se dio cuenta de que estaba embarazada.
Su enojo era tal que inmediatamente fue a enfrentar a “El Manco” porque si algo caracterizó a Claudia siempre fue su valentía. Le dijo que ella no quería tener hijos. Entonces él intentó que visitara varios sitios para que le realizaran un aborto.
Pero eso duró poco. No pudo abortar y “El Manco” comenzó a hablarle de casamiento y familia. Claudia volvió a huir.
El presente de Claudia Patricia
En la actualidad, Claudia vive con su pareja y ha tenido a su hijo. Logró conseguir un empleo en la Defensa Civil Colombiana y se desempeña como instructora.
Gracias a sus nuevos amigos, juntó la fortaleza necesaria para realizar la denuncia sobre todo lo vivido y su violación. A pesar de que omitieron varios detalles, su testimonio quedó asentado en la Unidad de Víctimas.
Hace varios años que Claudia Patricia comenzó su recorrido como activista por los derechos de la comunidad LGBT.
Además, sigue luchando para que su historia no quede en el olvido y se haga justicia.
2 Respuestas
Sigue escribiendo… hay historias muy crudas, que aunque sean fuertes, son realidades que deben conocerse.
Pues sí, toda la razón Mei. ¡Seguiremos dando guerra!.
Un abrazo.