Condenado por apoyar al colectivo LGTB en Twitter
Expresar tu apoyo a la comunidad LGTB puede salir muy caro en algunos países. Mira lo que ha pasado en Twitter.
Nunca nadie debería ser condenado por pedir libertad e igualdad para un colectivo minoritario como es el LGTB ¿verdad?.
En los países musulmanes, decir quién eres o expresar lo que sientes, puede costarte muy caro, especialmente si eres lesbiana o gay. Y algo tan normal como subir tu opinión a una red social, puede hacerte pasar por una pesadilla.
¿Puedes imaginar que te condenen por publicar un mensaje apoyando a las lesbianas de tu país? ¿En Twitter? .
Esto fue lo que le ha pasado al protagonista de esta historia, en un país que ya es famoso por sus condenas a la homosexualidad, ser gay o lesbiana es un deporte de riesgo.
Cárcel por subir un video a Twitter
Mohamed al-Bokari tiene solo 29 años, es de Yemén, pero vive en Arabia Saudí.
Escapó de su tierra natal en 2019, huyendo de una cruel guerra que ha destrozado los sueños y las esperanzas de un pueblo entero. Como el, otros chicos de su edad, han hecho lo mismo.
Al-Bokari decidió el ocho de Abril, crispado tras ver algunas noticias de condenas a homosexuales, maquillarse y grabar un video haciendo unas declaraciones que han ofendido a una gran parte del país saudí.
No es la primera vez que sale maquillado en las redes sociales, pero no sabemos si es transexual o simplemente es una forma de protesta. No es algo que haya podido declarar abiertamente.
En el video hizo unas declaraciones:
“Todas las personas tienen derechos y deberían poder ejercerlos libremente, incluidas las personas homosexuales”.
Mohamed al-Bokari
Como ves, un “gran crimen”. Por decir esto ha sido condenado, algo que podríamos haber hecho cualquiera de nosotras. Yo misma lo estoy haciendo ahora mismo al escribir este artículo.
¿Todavía alguien puede ser condenado por apoyar al colectivo LGTB?
Desgraciadamente si.
Tenemos un ejemplo reciente. Hace poco, escribí un artículo sobre una chica activista LGTB Egipcia que estuvo presa y tuvo que escapar de Egipto. Incapaz de soportar el bullying recibido, terminó suicidándose.
Es muy triste que estas cosas sigan pasando, pero nuestra realidad está llena de noticias que ya no deberían existir.
Tras haber grabado el video, sin tan siquiera haber tenido muchas reproducciones, fue detenido por las autoridades saudíes que lo enviaron a prisión provisional, donde ha estado hasta que se conoció su sentencia.
Aquí está el polémico video que ahora sí se ha viralizado.
La sentencia llegó el día 20 de Julio. Bajo la acusación de propaganda homosexual e imitación de las mujeres, el chico ha sido condenado a pagar casi 3.000 euros y pasar diez meses más en la cárcel.
La organización pro derechos humanos HRW (Human Rights Watch) ha denunciado que la victima ha recibido un tratamiento vejatorio por parte de las autoridades saudíes.
El muchacho pasó detenido seis semanas en régimen de aislamiento en una celda sin aire acondicionado, ni ventanas. También lo han torturado y ha sido victima de exámenes anales para comprobar si es homosexual o no.
HRW ha denunciado que Al-Bokari padece problemas del corazón. Y que nadie adaptó las pruebas físicas a su condición de enfermo.
Además también denuncia que si la sentencia se hace firme, deberá regresar a su país donde se enfrenta a la pena de muerte por haber inmigrado y ser homosexual.
Ser LGTB en Arabia Saudí
Ser lesbiana en este país no es fácil. Tampoco ser gay o transexual.
Arabia Saudí es un país con una monarquía absoluta y teocrático, donde la religión tiene un rol principal en el gobierno.
En Arabia Saudí no hay una ley escrita formalmente. No existe un código penal que pueda aplicarse de forma objetiva.
La Ley se basa en las opiniones del Tribunal de la Moral y de los clérigos del Islam. No hay un código penal o unas leyes neutrales escritas formalmente. Los dogmas religiosos – la ley islámica, la Sharia- son la ley.
La Sharia tiene miles de interpretaciones. Los jueces islámicos no tienen ningún problema en discriminar por clase social o por nacionalidad. Inmigrantes y pobres sufren las condenas más fuertes. Las clases altas suelen librarse de castigos.
Lesbosfera en Telegram
Únete al canal de Telegram para enterarte de las novedades y recibir contenidos exclusivos de Lesbosfera
En una “justicia” tan interpretable, es normal encontrarse con estos casos.
La homosexualidad de acuerdo a la Sharia es un pecado. Por supuesto, consideran que se puede corregir con castigos y escarmientos.
La comunidad LGTB vive en el armario. Aunque una pequeña parte resiste y pelea como puede por sus derechos, apoyados por instituciones internacionales que ayudan denunciando los casos más graves.
Allí, si te “cazan” teniendo relaciones sexuales con una chica puedes enfrentarte a la cárcel, latigazos, castigos físicos, exploraciones sexuales, humillaciones públicas, palizas, crueles terapias de regresión y en caso de reincidencia la pena de muerte.
Ni siquiera los extranjeros se salvan de recibir castigos. Ser condenado o condenada no depende de si eres nacional, inmigrante o turista.
Hablar de homosexualidad está prohibido si no es para usarla de forma negativa para explicar la decadencia de Occidente. Y solo se ha permitido que esta palabra se escriba en periódicos y revistas del reino desde 2010.
Y como la libertad de expresión y el derecho a la intimidad también están prohibidos, el gobierno puede perseguirte hasta encontrar las pruebas que quiera para culparte.
Llevar a los culpables de sodomía ante el tribunal religioso es una de sus funciones.
¡Todo un infierno para quien solo quiera amar libremente! ¿Te imaginas viviendo en un sitio así?.
Ser condenado por amar
El mundo ha avanzado mucho e incluso algunos países donde el Islam reina, parecen haber empezado a cambiar, reduciendo las condenas y en especial eliminando la pena de muerte como castigo a la homosexualidad.
¡Pero aún nos queda tanto por avanzar! Ninguna religión debería prohibirte amar a alguien o ser como realmente eres. Estamos en el siglo XXI.
Por eso tenemos que seguir peleando por que la igualdad llegue a todas las partes del mundo. Y como siempre unidas.
Cuéntame ¿Cómo vivirías en un sitio así? ¿Buscarías escapar o te enfrentarías al sistema?
Construyamos comunidad, tejamos una red que nos haga ser más fuertes.