Ronda nocturna

Puedes ver su biografía en la reseña de El lustre de la Perla.

“Ronda Nocturna” es una obra de ficción lésbica de ambientación histórica escrita por la prestigiosa autora Sarah Waters.

Marca las distancias con el siglo XIX, uno de los periodos históricos a los que más acude en sus novelas.

En esta ocasión, te traslada a la época de la Segunda Guerra Mundial a través de descripciones de ataques aéreos, calles sumidas en la oscuridad por los apagones, relaciones ilícitas y aventuras sexuales prohibidas.

Este libro cuenta la historia de varios londinenses, en particular de tres mujeres y un joven, Duncan.

Son personas aparentemente inocentes que tuvieron que luchar contra sus propios demonios durante la guerra y que tienen un pasado lleno de sinsabores.

La autora nos cuenta las relaciones que tienen con sus amigos y amantes, con los que conectan de diversas maneras que, sorprendentemente, no siempre son advertidas por sus protagonistas. Sus vidas y sus secretos se interconectan a veces de formas sorprendentes.

La guerra, como la política, provoca extraños compañeros de cama. Además, las mujeres aparecen como participantes activas en los esfuerzos de la guerra, realizando diferentes oficios:

• Kay trabaja como conductora de ambulancias.
• Helen es secretaria del Ministerio.
• Y Viv es inspectora de construcciones.

Pero en cada uno de los casos, Sarah Waters refleja con maestría el emocional mundo interior de sus personajes, algo que se convierte en uno de los puntos fuertes de su obra.

Esta reposada novela, que nos muestra una parte de la vida cotidiana de sus protagonistas, es lenta, pero hace que te enamores de sus personajes.

Con este libro, Waters demuestra que ha evolucionado enormemente como escritora, pues es una obra mucho más sofisticada que sus anteriores trabajos.

Sin embargo, no todo el mundo comparte esta fascinación. Muchas personas consideran que “Ronda Nocturna” es un libro aburrido, especialmente en comparación con otras obras de Sarah Waters.

Es cierto que quizá no resulta tan intrigante como otras de sus historias, pero es definitivamente una novela muy atractiva.

De hecho, “Ronda Nocturna”, presenta los mejores elementos de sus obras anteriores, como su estilo a la hora de describir un periodo histórico determinado.

La maestría en el desarrollo de los personajes, su vívida y exacta descripción de la vida de las mujeres lesbianas en un tiempo en el que ese tipo de relaciones sentimentales se consideraban como un amor absolutamente prohibido, y el humor, entre otros, y los mezcla para crear una auténtica delicia.

Aunque la mayoría de los personajes descritos son homosexuales, Waters no escribe una novela sobre la experiencia “gay” en la época de la Segunda Guerra Mundial.

Aunque la novela se ambienta en los años cuarenta, la sexualidad de los personajes se trata como un hecho y no como un problema o un punto de conflicto.

Por supuesto, los personajes se enfrentan a diversos problemas sentimentales, pero dichos problemas no se producen porque sean homosexuales, sino, simplemente, porque son humanos.

Debemos aplaudir que una obra de ficción muestre las relaciones lésbicas de una forma normalizada, sin que aparezcan vinculadas a ambiente sórdidos o vergonzosos.

Su narrativa discontinua y no lineal empieza en el año más moderno que va a citar, y posteriormente salta hacia el pasado, analizando de una forma brillante en su deconstrucción la relación entre el trío protagonista, de una manera en la que todo encaja como si de piezas de un puzzle se tratara, de forma sutil, pero perfecta.

“Ronda Nocturna” es un libro dividido en tres partes. Se desarrolla en los años 1941, 1944 y 1947, pero atravesamos estos periodos hacia atrás, desde el más moderno al más antiguo.

Esta suerte de “flashback permanente” puede parecer una opción bastante extraña, pero funciona muy bien. De hecho, se puede considerar que esa estructura inversa es una idea absolutamente genial.

Al mismo tiempo, es también magnífica a la hora de plasmar la realidad de un Londres devastado por la guerra y las vidas rotas de sus habitantes, que pese a todo su sufrimiento están decididos a seguir adelante y sobrevivir.

Los horrores de los bombardeos son retratados con todo detalle en este libro, así como otras desgracias a las que tienen que hacer frente los protagonistas.

Descubrir cómo cada uno de los personajes acaban en la situación en la que los encontramos al principio de libro es algo fascinante y, al mismo tiempo, increíblemente triste.

Sarah Waters presta una especial atención a los matices de sentimientos tan complejos como el deseo, la culpa y el arrepentimiento.

Sus personajes han sido creados cuidadosa y elegantemente, y sus diálogos son desgarradores en su honestidad.

A medida que avanza la historia, la escritora te lleva atrás en el tiempo, para que veas cómo la vida de sus protagonistas se desarrolla al mismo tiempo que sabes perfectamente cuáles serán las consecuencias que las decisiones que toman tendrán para su futuro.

Tu capacidad para disfrutar de este libro dependerá en buena medida de tus posibilidades para empatizar con los personajes.

Por ejemplo, tenemos el caso de Kay. Ella es una lesbiana valiente, con la habilidad de mantenerse tranquila incluso en la peor de las crisis y cuyo temple fue esencial durante la Segunda Guerra Mundial. Pero no parece tener un lugar en la sociedad civil de 1947, cuando la contienda ya ha terminado.

Es cierto que no es un libro para todo el mundo y no todos las lectoras que se acerquen a él disfrutarán con estos londinenses reservados y con el desarrollo de sus problemas privados.

El resultado es que siempre estás vinculada al momento en el que se centra la narración y tienes constantemente un triste sentimiento de premonición, pues ya sabes el final de los personajes nada más empezar.

En resumen, si quieres tener entre manos un buen libro y disfrutar del impresionante manejo del lenguaje del que hace gala Sarah Waters, esta novela es una opción ideal.

“Ronda Nocturna” no es solo un libro de ficción lésbica, sino una gran obra literaria.