Diarios amorosos

Nació en Francia en 1903, pero vivió toda su vida entre muchos países como Cuba, España y Estados Unidos. Comenzó su escritura cuando iba a bordo de un barco y su familia se mudaba de Francia. Entonces comenzó a escribirle una carta a su padre (Joaquín Nin) que había abandonado su familia. 

Fue una mujer cosmopolita que vivió casada toda su vida con Hugh Gailer, que fue su principal sostén económico durante muchos años de su vida. 

Nin hablaba español, inglés y francés. Pero decidió adoptar el inglés como su lengua de escritura. De vez en cuando, escribía alguna entrada o frase de su diario en francés y español.  

A pesar de su ingenio y calidad artística tuvo que esperar muchos años para ser reconocida en el mundo literario. Esto se debe a dos razones principales: el machismo del ámbito intelectual de esos años y su renuencia a publicar los diarios de manera completa. 

La vida Anais estuvo acompañada siempre por el escándalo y el arte. En cambio, sus amantes están vinculados a lo intelectual. Por una búsqueda constante de los sentidos. 

Es difícil definir a Anais Nin bajo una etiqueta segura, podemos decir que era bisexual. Ya que no se privó de amar a hombres y a mujeres. 

Ella consideraba que cada quién debía disfrutar su sexualidad según su propio criterio, sin dañar a los otros. Consideraba también que el amor no podía separarse de lo sexual y que un aspecto se fusiona con el otro. 

Hay una tendencia en estas páginas a relatar hechos asociados a la sexualidad, al amor, la sensualidad, la pasión y el placer. No obstante, los diarios también nos muestran su trayecto vital como mujer que van más allá de lo estrictamente amoroso. 

En este libro encontrarás reflexiones sobre la vida, sobre sí misma, sobre el arte o sobre la psicología. Así como sus viajes, movimientos e impresiones de París y Nueva York.

Los Diarios Amorosos de Anais Nïn se dividen en dos partes: Incesto y Fuego. La primera parte titulada Incesto va de 1932 a 1934. Aquí se relata su relación con el escritor Henry Miller, su relación con June (la esposa de Miller) y luego la separación de June y Miller. 

También se narra su reencuentro con su padre y el amor incestuoso que se desata entre ellos. Por último el comienzo de la relación con el psicólogo Otto Rank.

La segunda parte titulada Fuego va 1934 a 1937 y empieza cuando Nin se va para New York. En esta parte encontramos su relación de Otto Rank, su trabajo como psicoanalista, su vida llena de encuentros y personas en New York, el fin de su relación con Rank, la renovación del amor con Miller. 

De forma panorámica, estos son los temas y los sucesos más importantes que encontramos en los diarios. Pero cada entrada nos proporciona reflexiones, anécdotas, encuentros, visiones y sueños que sólo en la lectura se podrán saborear en toda su amplitud. 

Los diarios amorosos de Anais Nin son el testimonio de un quehacer artístico y vital de una mujer que no se conforma a aceptar el papel que le ha impuesto la sociedad o la familia. 

En un parte ella se define como “una anarquista espiritual” porque se apegó a un estilo de vida donde lo más importante era su libertad individual. En este libro podemos asistir a su búsqueda personal, una indagación del amor y el deseo, del arte y la autodeterminación. 

La literatura de Anais Nin es una mezcla de las vanguardias de comienzos del siglo XX con la exploración autobiográfica del erotismo y la intimidad.  

Algunas de sus influencias son el surrealismo, el psicoanálisis, H.D Lawerence y el mismo Henry Miller. No obstante, ella creó un estilo particular, propio y único. Su mayor obra son los diarios que hasta la fecha no han sido traducidos a cabalidad. 

Ella misma decía que sus novelas y cuentos eran una antesala de lo que estaba en el diario, pero no podía publicar. Al comienzo le fue difícil tener un puesto propio dentro del sistema literario así como le fue difícil publicar. 

A muchos le gustaba su forma de escribir, pero ninguna editorial se atrevía a publicar sus libros. Porque el escándalo que podrían acarrear. 

Aunque no le fue fácil al comienzo, cuando pudo empezar a publicar sus diarios el éxito fue inmediato. Los diarios amorosos de Anais Nin son considerados por la crítica como un testimonio único de la intimidad de la mujer. 

Así mismo ella destaca por ser una de las primeras mujeres escritoras del siglo XX en describir la sexualidad en todas sus facetas. Sin pudores, pero con la delicadeza de una gran escritora. 

“En la época en que nos dedicábamos a escribir relatos eróticos a dólar la página, me di cuenta de que durante siglos habíamos tenido un solo modelo para este género: los textos de autores masculinos”.  Anais Nin, en el prólogo de otro libro suyo titulado Delta de Venus.

Anain se adentra en las ambigüedades, en los misterios, en el adentro femenino y sensible. Por eso su erotismo es único en cuanto a profundidad, crudeza, sutileza y reflexión. 

Muchas escritoras actuales de diferentes nacionalidades como la cubana Wendy Guerra o la española Luna Miguel han hablado de Nin como una de las mejores escritoras del siglo pasado.