Así debería ser la vida

Diana Tremain Braund es una periodista y escritora que reside en la costa de Maine en una casa con vista al mar, (ha vivido en este lugar por alrededor de 20 años).

Esta sigue siendo su residencia actual, la cual comparte con su mascota Bob (un perro).

Cuando Tremain Braund tiene tiempo libre de su trabajo de periodista, disfruta de leer, escribir y caminar por la playa junto a su mascota.

Este es el lugar donde surgen sus ideas y encuentra inspiración para sus nuevos libros.

Y si te interesa saber por qué su mascota se llama Bob, debes leer su libro “Romance en la Costa de Oro”.

Cuando el corazón de una mujer se ha roto, se requiere un amor extraordinario para arrancar el dolor del pasado y enseñarle el significado del verdadero amor.

Jennifer Ogden está cansada de las mentiras y las promesas rotas de su novia, por lo que deja a su infiel pareja y acepta un trabajo como fiscal asistente de distrito en un pueblo pequeño. Lo último que quiere es acercarse a alguien.

Otro de los personajes, de nombre Kristan, cree que no hay espacio para el romance en su vida. Nació y se crió en Bailey Cove y la hirieron en el pasado. Esa es la razón por la que no quiere saber nada sobre el amor, hasta que se da cuenta de que se está enamorando apasionadamente de Jennifer.

El tercer personaje es Pamela Rivers (Pam) que es la seductora ex pareja de Jennifer. Ella cree que el tiempo y la terapia curan todas las heridas. Espera reconciliarse con Jennifer, así que llega firmemente convencida que el camino de regreso al corazón de Jennifer es a través del sexo.

Cuando descubre que otra mujer está interesada en Jennifer ya podrás imaginarte lo que pasa, pero mejor no te lo imagines, solo lee el libro y descúbrelo.

Por fin una autora que puede escribir sobre personas gay que no son ricas o viven en Nueva York. Diana Tremain Braund crea una hermosa historia de amor, pérdida, amistad y familia.

El resto del libro Así Debería Ser La Vida, relata el juicio resultante y el creciente amor entre Kristan y Jennifer, sin embargo después de leerlo, puedes llegar a pensar que el libro no está terminado.

Es una lectura entretenida pero podía haber sido un poco más detallado. La lectora no obtiene un final o cierre respecto a los problemas entre Kristan y Tina o los de Jennifer y Pam.

Así Debería Ser La Vida cuenta con unos personajes muy bien definidos, con vidas significativas (que para nuestro deleite resultaron ser lesbianas), tienen vidas reales y al iniciar la lectura se despertará tu interés en saber lo que les sucede.

Puedes adentrarte en sus vidas o incluso llegar a sentir que las conoces, por lo que es normal que empieces a buscar más libros de esta autora.

Braund te mantiene interesada atrayéndote hacia la historia de dos compañeras muy poco probables. Justo cuando crees que las cosas van a ser perfectas, la autora tira de la alfombra justo debajo de ti y te envía en una dirección completamente diferente. El resultado es mucho más interesante y mucho más fácil de identificar para quienes vivimos en el mundo real.

La historia de Kristan y Jennifer es bastante típica, pero los sucesos que se desarrollan en el trasfondo permanecen sin resolver de forma desalentadora.

Destacar que la descripción del paisaje de Maine en otoño es muy impresionante.

Relata diversas aventuras e incluso romance, los personajes en sí mismos son percibidos como parte de un todo, una comunidad mucho más grande y no solo individuos. Este es un buen libro para pasar una tarde entretenida.

Así Debería Ser La Vida te dejará sonriendo durante horas.