Preguntas a evitar a una familia de madres lesbianas
Cuando hablas con madres lesbianas es necesario tener empatía con la manera como preguntas sobre su familia. En este artículo te ofrecemos una lista de preguntas a evitar y explicamos por qué.
Aunque en algunos casos no lo sepas, el uso de algunas palabras o expresiones pueden convertirse en discriminación lingüística. ¿Duele igual una piedra que una palabra? Quizás no, pero sí que puede significar un momento incómodo para quien lo recibe.
Así que debes estar consciente en cada cosa que dices porque puedes herir a alguien más. Por eso, debemos luchar por una sociedad donde las madres lesbianas se acepten.
Para esto es necesario empezar por cambiar los hábitos del lenguaje. Sigue leyendo este artículo para saber una lista de preguntas a evitar en una familia de madres lesbianas.
Las familias de madres lesbianas son cada vez más comunes
Quedaron en el pasado los años cuando una familia de madres lesbiana era una sorpresa, un suceso inusitado o algo imposible para algunos.
Cada día es más común y cada vez más factible en relación a las leyes de cada país. La familia tradicional puede seguir funcionando para muchas, pero ya no es el único modelo posible.
Familias homoparentales, familias poliamorosas, familias mixtas… Pueden ser muchas las formas de organizarse. La institución de la familia no ha perdido importancia, pero se ha transformado. El modelo ahora es mucho más flexible e inclusivo.
Por otra parte, tener dos mamás, dos papás, una mamá o un papá no determina en absoluto la calidad de persona. Son otros elementos que pueden afectar a la crianza de un individuo, como los hábitos, los valores o las costumbres.
De hecho, es más relevante el amor con el que una persona crezca y la forma en que se construyen las relaciones con sus madres. Así como también el vínculo que se tenga con la hija o el hijo.
En un estudio realizado hace años, se encontró que el desarrollo de hijos criados por dos mamás no presenta ninguna diferencia comparativa. En cambio, se determinó que algunas veces la crianza suele tener menos castigos y más dosis de comunicación y afecto.
Frases que no deberías decir a madres lesbianas o sus hijos
Vivimos en una época de cambios que son parte de un proceso. Son muchos los paradigmas sociales, tecnológicos y culturales que han entrado en crisis y se están transformando. Pero esto no quiere decir que el mundo ha cambiado definitivamente.
Somos nosotras las que debemos llevar a cabo ese cambio que en algunos sectores todavía no ha ocurrido. El mejor lugar por donde empezar es en el habla cotidiana: en las charlas de ocasión, en las palabras de ascensor o en las discusiones de cafetería.
El lenguaje nos define, nos construye, nos cambia. Por eso, no debemos dejar de lado los matices y los posibles significados sutiles de las frases y las palabras. A veces sin darnos cuenta seguimos alimentando viejos estereotipos. Así como podemos ofender sin ni siquiera darnos cuenta.
Por eso, vamos a incluir una lista de preguntas que, a toda costa, debes evitar a una familia de madres lesbianas.
“¿De quién es el esperma?”
En general, esta es otra pregunta que se debe evitar. Ya que cuestionarse sobre el origen del esperma, o incluso del óvulo mismo, puede ser información muy privada de la pareja.
Son muchos y muy diversos los posibles orígenes del esperma. Pero sin duda alguna, a nadie le interesa si lo han sacado de algún tratamiento de reproducción asistida, de un donante, de un banco o de cualquier otro medio.
De hecho, hay ciertos casos en que la identidad del donante puede ser anonimizada incluso para las madres.
Nadie está obligado a querer compartir este tipo de detalles. Así que mejor evita situaciones incómodas y no le preguntes esto a ninguna pareja de madres lesbianas.
“¿Quién de las dos es la madre real?”
Una pareja de mujeres lesbianas no sigue los mismos patrones. De hecho, se puede decir que son solo dos mujeres que están compartiendo la maternidad en conjunto.
Así que nunca está bien preguntar quién es la madre, ya que ambas son. Independientemente del procedimiento que hayan usado.
Si el óvulo lo aportó alguna, la gestación y el parto la hizo otra. O incluso si han decidido adoptar y ninguna de las dos es madre biológica, siguen siendo madres.
“¿El padre mantiene algún vínculo con vosotras?”
Querer conocer todos los detalles sobre las dinámicas internas de la familia puede ser demasiado. No existe ninguna razón por la que alguien quiera saber sobre si el donante de esperma está o no está involucrado en la crianza del niño o niña.
Por lo general, la figura del padre en una familia de dos mujeres lesbianas no existe.
Hay dos madres, punto.
Ya que el esperma ha llegado a través de un donante. Y al ser anónimo, por lo general no mantiene ningún vínculo posterior.
Es importante que sepas que un donante es un simple individuo que provee la semilla. Por lo general, si se hace a través de alguna clínica, es posible que este pierda todo derecho sobre el niño.
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Si te carcome la duda es mejor que te conformes con saber que no, por lo general el hombre donante no mantiene ningún vínculo con las madres.
“¿Quién es la madre biológica?”
Aunque esta pregunta esté mejor formulada en el sentido de términos, sigue estando dentro de las preguntas a evitar.
Ya que existe una posibilidad que la madre biológica no esté dentro de la familia. La adopción es una opción disponible para conformar una familia.
Por otro lado, a través del tratamiento ROPA es posible que ambas sean las madres biológicas. Ya que ambas madres son parte de los procesos de fecundación y embarazo.
Cualquier que haya sido el caso, una pregunta como esta puede implicar la idea de que una sea más madre que la otra. Sin embargo, esto no tiene el mínimo sentido.
Como en toda familia, ambas madres cumplirán diversas funciones y colaborarán de manera complementaria en el crecimiento de los hijos.
Debes entender que hacer esta pregunta puede hacer sentir un poco incómoda a la madre no biológica. Incluso, puede desencadenar alguna actitud defensiva mientras se responde.
“¿Y no necesitará una figura paterna?”
La vida de una persona no se define por el sexo de las personas con las que crecen, ni tampoco su orientación sexual.
El desarrollo de alguien es independiente de los gustos, orientaciones o prácticas sexuales de los padres (mientras estos no afecten sus derechos). Es la educación el factor más importante a la hora del crecimiento de una niña o niño.
Por lo tanto, la figura paterna no es indispensable para nadie. En algunos casos es lo contrario, no tener una figura paterna puede significar una educación más libre y abierta. Por otra parte, la paternidad no es algo puramente biológico sino también una vocación, una decisión personal.
Hay abuelos, tíos, primos o hermanos que pueden asumir la figura de padre. Así como el niño o la niña conseguirá en su entorno muchos modelos de masculinidad con los que podrá identificarse, si ese es el caso. Desde el colegio hasta las redes sociales.
“¿No os da miedo el bullying que recibirán vuestros hijos?”
Depende del lugar donde se desarrollen dos madres lesbianas, la aceptación de una familia homomarental será más o menos difícil. Sin embargo, este no puede ser un asunto que limite a ninguna madre a formar su familia.
Algunas madres están más o menos preocupadas. Pero debemos recordar que en las clases se pueden burlar de los niños por sus características físicas, por ejemplo. Por el tamaño de sus orejas, por el color de su piel, por el tipo de cabello. El bullying homofóbico es un problema que nos afecta a todas.
Por otra parte, entre más familias de madres lesbianas se consoliden en el seno de la sociedad va a ser algo más común. Por lo tanto, dejar el miedo atrás es la única manera de cambiar los estereotipos y las maneras de pensar.
Así que podemos también ver la orientación sexual de las madres como un detalle más del niño. Sin embargo, esto no es algo que lo defina por completo.
“¿Tener dos mamás no va a ser confuso para tu hijo? ¿Cómo os llamará?”
De hecho, esta es una interrogante que puede ser coherente. Sin embargo, muchas veces las cosas pueden formularse de manera más sutil.
En cambio, podrían usar algo como “¿De qué manera llama a cada mamá?”. Pero es que cuando nace un hijo uno no puede predecir cómo va a ser la relación a futuro.
Por lo general, los niños deciden solos cómo llamar a sus mamás. Por ejemplo, hay quienes prefieren decirle “mamá”, “mami”, “mamoo”, “memé”… Incluso hay quienes optan por llamarlas por su nombre de pila. De hecho, pasa lo mismo con cualquiera de sus familiares.
Además, con el paso del tiempo los niños van tomando mayor conciencia de sus decisiones lingüísticas. De esta manera, incluso los niños no necesariamente tienen porqué verse confundidos. Ya que tendrá una “mamá” y una “mami”, por ejemplo.
Así que en definitiva, esta no es la manera atinada de preguntar por este asunto. Por eso la incluimos como una pregunta a evitar a una familia de madres lesbianas.
“¿No crees que extrañará hacer cosas de hombre…?”
¿Realmente crees que preguntarle esto a dos madres lesbianas no puede interpretarse como algo malintencionado? Usar argumentos sobre los roles tan marcados de género, está desfasado.
Además, habría qué pensar en realidad si todos los padres juegan al fútbol con sus hijos y los enseñan a usar herramientas “masculinas”.
Es importante tener en cuenta que, en la actualidad, cada vez hay menos divisiones de género en los quehaceres de la vida cotidiana.
Por otro lado, las madres pueden exponer a los hijos varones a la mayor cantidad de actividades, bien sean masculinas o femeninas.
En general, son los niños los que van marcando indicios de sus gustos. Así que suelen ir expresando sus gustos.
Bien pueden ser los deportes, los juguetes de trenes o los carros. O también pueden ser juegos de mesa, puzzles, piedras, videojuegos o demás.
Entonces nos podríamos preguntar ¿Es posible que un hijo varón eche de menos la figura de algún hombre? Eso sí podríamos ponerlo en duda. Puede que sí, pero si ese fuera el caso tendrá tíos, abuelos, primos o amigos de la familia que estén presente.
A veces importa más el cómo
Es común que consigamos cierto tipo de estigmatización sobre las familias con dos madres. Por eso, hay que cuidar las formas de comunicarse. De esta manera, podemos procurar ser mucho más respetuosos al hablar.
Muchas veces no es tanto qué se pregunta, sino cómo se pregunta. Por eso lo más importante es la actitud a la hora de hablar.
Los errores, los malentendidos y las equivocaciones son frecuentes y no debemos sentirnos mal por eso. Pero siempre podemos disculparnos e intentar corregir. Nunca terminamos de aprender.
Por eso es crucial mantenerse cordial y disponible para el diálogo, a la autocrítica. Esta es una gran forma de ser más inclusivos y empáticos.
¿Qué otras cosas añadirías a esta lista?
Cuéntanos en los comentarios algunas otras preguntas que sería mejor evitar a una familia de madres lesbianas. ¡Hagamos crecer cada vez más este espacio de información!